Si buscas conectar con tu interlocutor, prueba estos ejercicios:
•
No te apropies de la conversación. Interrumpir para contar las
experiencias parecidas que hayamos vivido no suma. Las personas no piden
saber si otros han sentido lo mismo; simplemente, necesitan que las
entiendan.
• Habla menos y escucha más. Es la clave de un buen interlocutor.
• Amígate con el silencio. No es incómodo, sino un ejercicio terapéutico que crea un momento íntimo y de empatía con el otro.
• Apaga todo. A nadie le gusta una persona que comprueba el correo, mira el teléfono móvil o la tele mientras mantiene una conversación.
• Presta atención al lenguaje corporal. Escuchar va más allá de los oídos.
• Observa los ojos y gestos de tu interlocutor y, si ves que lo necesita, tomalo de la mano o dale un abrazo.
Es vital que, en medio de esta sociedad hiperactiva y llena de estrés, recuperemos la capacidad de escucha.
Fuente: http://www.creadess.org/
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