Se dice que prestar atención a los propios estados de ánimo ya es un indicador de bienestar
emocional, cada uno de nosotros somos responsables de nuestra curación,
así como también somos los únicos responsables de nuestra falta de
armonía ¿y quién no quiere estar bien? El problema es que a
veces ni siquiera sabemos que nos pasa o cómo nos sentimos porque no
sabemos escuchar. El cuerpo nunca miente….
El estar bien
sintonizado con el Universo nos permite funcionar sin problemas. Nos
ayuda a evitar la atracción de tanta cosa negativa, y vivir sin tantos
obstáculos. Increíblemente, todo lo que sucede a nuestro alrededor es un
reflejo directo de lo que está sucediendo dentro de nosotros mismos.
Por esto, es tan importante que la persona logre una comprensión
profunda de su proceso, porque sólo así podrá llevar a cabo los cambios
necesarios para mejorar su calidad de vida en todos los niveles.
Por lo que el primer paso será reconocer que necesitas un espacio,
un cambio de conducta o hábitos y la determinación vital de querer
estar bien, escojas la terapia que escojas, donde, cuando y como no son
tan importantes como tu determinación a ACTUAR. No hay formulas para estos procesos y lo que a una persona le hace bien es veneno para otra.
La respuesta está en querer trabajar. La intención es más
importante que la técnica. Todo aquel que tenga la actitud correcta
puede curarse a sí mismo el problema es que todos queremos las cosas
fáciles, o inclusive de un día para otro.
No existe
lugar, dieta o terapia que haga resurgir en ti el proceso, pero si
existe en cada uno de nosotros el momento exacto para actuar y necesitas
agarrar esa oportunidad con todas tus fuerzas.
Entonces eventos que te hayan marcado en tu vida podrán removerse
con el correr de los días con una buena intervención, pero todo está
bien. Vas por buen camino, y una terapia siempre te lleva a otra, si
estás haciendo yoga, te sentirás atraída por la meditación, Pranayama
(control de la respiración) indiscutiblemente interiorizar será desde el
momento en que decidas dar un paso a despertar, a estar bien o querer
vivir mejor. Imagínate que somos como una cebolla con muchísimas capas y
cada capa es un tema en tu vida, que hay que trabajar, una capa te
lleva a otra más profunda. Por lo que si preguntas cuando paramos de
sanar, esa pregunta no tiene respuesta, es individual.
Pues bien otra
de las preguntas más frecuentes es ¿qué sanar? las personas no saben
que sanar cuando se encuentran “bien” físicamente, pero casi todos
tenemos alguna cicatriz, emociones acumuladas, alguna mala relación que
dejo huella, problemas o maltrato en la niñez, abandonos, falta de
rumbo, falta de energía, depresión, tristeza, ansiedad, síndrome de
fatiga crónica, fibromialgia, ira, enojo, irritabilidad constantes,
incapacidad para formar relaciones sanas o duraderas, sentimientos de
traición, insatisfacción, dudas, falta de autoestima, vacios. Y todo esto resulta en bloqueos o fugas de energía.
Somos seres electromagnéticos, con modelos de frecuencia que
tienen resonancia por lo que cierto tipo de energías nos son
perjudiciales, nacimos con un patrón energético o patrón de luz que al
cabo de los años se va modificando. Por ejemplo nos damos cuenta que ya
no tenemos la misma vitalidad, empuje, extroversión de hace años. No es
vejez, es un patrón que se modificó por algún evento, sustancia,
persona, energía o circunstancia, incluso causada por la memoria de un
daño físico, afectivo o emocional sin tener un proceso de sanación.
Una fuga de
energía es como una tubería perforada o fisura donde se escapan nuestros
recursos elementales como la alegría, vitalidad, placer, amor, dinero,
felicidad, vida; y puede dar lugar al establecimiento de síntomas o
enfermedades persistentes en cualquier parte del organismo y se produce
cuando el individuo deja escapar su energía por articulaciones, espalda u
órganos, en vez de dejarla fluir por las extremidades: Pies, manos,
órganos sexuales y de desecho. Es decir, todo esto tiene una repercusión
física emocional, mental, espiritual y puede darse a través de bloqueos
que generan presión, asfixia, toxicidad y estancamiento sobre órganos o
partes del cuerpo provocando inflamación, debilidad, mal
funcionamiento.
Cuando hay un bloqueo no siempre puede provocar fisuras de
energía, pero si un debilitamiento o poco abastecimiento de energía y
nos vamos debilitando constantemente.
"El estado emocional de una
persona puede verse como la proyección de sus desequilibrios
estructurales" –Ida Rolf-
Las emociones de baja frecuencia tienden a ser
debilitadoras pero cuando se mantienen por mucho tiempo enquistan y se
vuelve una fuga de energía, porque para mantener una emoción se requiere
de energía vital.
Seguramente ya te habrás dado cuenta que al pensar en un problema estás alimentándolo, porque a
donde va tu atención va tu energía. Somos imanes, atraemos y
enganchamos a nosotros lo mismo que vibramos. Aquí no hay actos de
magia; son pensamientos con una frecuencia vibratoria que tienen
consecuencias. Entre más equilibrados nos encontremos siempre
estaremos en el lugar adecuado en el tiempo adecuado, en plena
sincronicidad de eventos, personas y proyectos para avanzar.
Sé que cuando estamos deprimidos o desmotivados es muy difícil
salir de esa nube, pero lo único es hacer un esfuerzo y determinación de
quitarte de tu propio camino. Cada uno de nosotros habla, se mueve,
piensa y siente diferente de acuerdo con la imagen que cada uno se ha
formado de sí mismo a través de los años.
SOFIA RANDALL (extracto)
Fuente: www.glits.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario